No me importa el juicio de la gente, no,
pero me importa el juez de mi conciencia
que araña sin piedad mis sentimientos
en implacable afán de propia enmienda.
Y piens Dios, que aún siendo yo inocente,
mi alma torturada y abatida
ya lucha con mi carne impenitente
en batalla cruel y a la deriva.
Y no pudo aguantar la carne mía
el susurro de amor que me acosaba
y así fui pecadora atormentada.
Y me alejé de Ti, sin meditarlo
y aquel remordimiento en mi naufragio
me volvió Dios a Ti, en aquél barco.
1978
3 Comments:
:O que maravilla!!, que bien escribes sonetos.
Belo soneto e bela foto!
Noite tranquila, amiga framboesa.
Alice por detrás do espelho...
Beijinhos e vai passando.
Feliz Navidad!
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